Tonina del Orinoco

A diferencia de los delfines marinos, Inia puede mover la cabeza de lado a lado, debido a que las vértebras cervicales se encuentran separadas y no fusionadas

Se caracteriza por tener el cuerpo robusto y flexible, con un hocico largo y estrecho. Los machos son ligeramente más grandes que las hembras con longitudes hasta de 2,78 m. y pesos alrededor de 180 kg.  El patrón general de coloración en las crías es gris y a medida que crecen presenta una variación entre grises y rosados (Trujillo 1994). Sus ojos son pequeños y funcionales. Con vibrisas sensoriales en la parte superior del hocico. La aleta dorsal es baja y se prolonga a manera de quilla a lo largo del dorso, las aletas pectorales son grandes con una escápula que les permite un ángulo pronunciado de rotación. Las vértebras cervicales están libres, permitiendo la rotación de la cabeza de un lado a otro.

La dentadura de estos delfines es de tipo heterodonta, es decir que tienen diferentes dientes (incisivos y molares), a diferencia de los delfines marinos que es homodonta. El melón es pronunciado, especialmente en adultos. Esta estructura sirve como un direccionador acústico para las ondas que producen (ecolocalización).

A diferencia de los delfines marinos, Inia puede mover la cabeza de lado a lado, debido a que las vértebras cervicales se encuentran separadas y no fusionadas. Sus aletas pectorales son grandes y con gran capacidad de movimiento. Su aleta caudal es baja y prolongada.

Varios autores consideran esta especie como politipica debido al reconocimiento de tres subespecies. Da silva (1983) reviso la taxonomía del genero Inea Y propuso dos especies diferentes soportadas en caracteres craneometricos, separados, separando asi a I. boliviensis para la cuenca del rio madeira e Inea geoffrensis; esta última con dos subespecies: Inea g. geoffrensis e Inea g geoffrensis humboldtiana, basada genéticos (Hamilton et al. 2000).

HÁBITOS ALIMENTICIOS
La dieta de Inia geoffrensis está basada en peces de tamaño variable entre 25 a 90 cm., pertenecientes a más de 43 especies (Da Silva 1983). Se estima que requieren alrededor de 3 Kg. de peces por día para mantener sus necesidades energéticas (Trujillo et al. 2006).

REPRODUCCIÓN
El delfín rosado presenta picos asociados con los períodos de aguas bajas y decrecientes (junio-septiembre para el Amazonas y diciembre-abril para el Orinoco). Los eventos reproductivos se presentan en su mayoría en áreas someras en los canales principales (Trujillo 1997, Fuentes 1998, Trujillo et al. 2000) y el período de gestación varía de 10 a 11 meses (Best y Da Silva 1993).
En la Amazonia Colombiana se han reportado áreas de cuidado parental, generalmente asociadas a sistemas de lagos (Trujillo 2000).

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Inia geoffrensis se encuentra ampliamente distribuida en las cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y en la mayoría de sus tributarios, pero se ve limitada en las cabeceras de los mismos por raudales y cascadas (Best y Da Silva 1989, Trujillo 2000).
La subespecie Inia g. humboldtiana está reportada en los ríos Meta, Arauca, Bita, Casanare, Vichada, Tomo, Tuparro, Manacacías, Cravo Norte, Guayabero, Orinoco, Guaviare e Inírida (Defler 1983, Meade y Koenhken 1991, Diazgranados 1997, Trujillo 2000). La subespecie Inia g. geoffrensisse encuentra en los ríos Caquetá (desde el chorro de Araracuara), Apoporis (hasta el raudal de La Libertad), Mirití Paraná, Cahuinarí, Putumayo, Igará Paraná, Cotué, Amazonas y en una gran cantidad de tributarios y lagos, entre estos últimos sobresalen los de Tarapoto y La Paya (Vidal 1990, Trujillo 1997, Galindo 1997).
Inia. g. geoffrensis habita en el Amazonas, sobre una extensa red de tributarios del río Amazonas, a lo largo de Ecuador, Perú, Brasil y Colombia, algunos de ellos como el Negro, Branco, Xingú, Tocantins, Ucayali, Marañón, Napo, Cuyabeno, Caquetá y Putumayo (Trujillo et al. 2006).

Situación 
El hábitat de esta especie puede ser considerado como amenazado en una gran parte de su extensión (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). En particular es susceptible a la fragmentación del mismo por la construcción de obras hidroeléctricas; así también por el hecho de ser un carnívoro tope de la cadena alimenticia, razón por la que acumula en sus tejidos los químicos tóxicos vertidos en las aguas (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). En apariencia la construcción de la represa de Guri en el río Caroní tuvo como consecuencia la reducción del tamaño de las poblaciones de la zona (Perrin y Brownell 1989). Esta especie es objeto de operaciones de turismo de avistamiento en su medio natural en regiones como el delta del Orinoco, ríos Apure, Caroní y Caura, así como en el Refugio de Fauna Silvestre de Caño Guaritico (Hoyt e Iñiguez 2008). En Colombia se le considera Vulnerable, con base en los criterios que refieren una obvia reducción observada, estimada, sospechada o proyectada en los últimos diez años (Trujillo et al. 2006), calificación que se comparte en Venezuela. Estimados de densidad en diferentes ríos de la cuenca del Orinoco fluctúan entre 0,02 y 1,57 individuos/km2 (Portocarrero-Aya et al. 2010). De acuerdo con Gómez-Salazar et al. (2012), la población total de tonina rosada en la cuenca del río Orinoco se estima en unos 2795 individuos, de los cuales 1779 (64%) corresponden a Venezuela y 1016 (36%) a Colombia. Las mayores densidades se encuentran en las orillas del río, confluencias y lagos (Gómez-Salazar et al. 2012), siendo algunas de dichas confluencias más importantes las de los ríos Caura, Apure, Cinaruco, Meta y Ventuari con el Orinoco (Herrera-Trujillo 2013). A nivel global se considera en el nivel de Datos Insuficientes (Reeves et al. 2013).

AMENAZAS
Pesca accidental: La principal causa de mortalidad por parte del hombre en Bolivia fueron las colisiones con motores y el enredo en redes de pesca en un estudio realizado en 2002. En otros lugares no se tienen estimaciones de la gravedad, pero también existen los accidentes. El problema es que el aumento pesquero aumenta también esta amenaza; por ejemplo, en la década de los 60 la introducción de las redes de enmalle de nylon, más resistentes, aumentaron las muertes. Algunas redes como las fijas o las de cerco son las responsables de la mayoría de las muertes. La pesca ilegal por supuesto que también producen estos problemas.

Matanza deliberada:
Estos delfines han aprendido a sacar provecho de algunas actividades pesqueras, como por ejemplo de las redes de cerco, de donde consiguen alimento; el problema que conlleva es el enredo. También se acercan a comer pescado aturdido por la dinamita usada por algunos pescadores ilegales. La respuesta por parte de los pescadores en estos casos muchas veces es matarlos. Por ejemplo, en la Reserva Nacional Pacaya Samiria del Perú, donde la pesca comercial es un problema, los delfines son envenenados a propósito con tóxicos, como Methil – paration.

Sobrepesca:
También les afecta, aunque no es un problema tan grave como otros ya que solo el 43% de las especies de las que se alimentan estos delfines son peces con valor comercial.

Degradación del hábitat: Especialmente en Colombia y Brasil las poblaciones de personas se van expandiendo a zonas que irremediablemente entran en contacto con el hábitat de los delfines rosados. El aumento que conlleva de agricultura, deforestación y ganadería es una realidad. La deforestación en las llanuras de inundación para la agricultura y la industria maderera afecta al ciclo hifrológico y al ecosistema fluvial en su conjunto, y a este delfín en nuestro caso. Uno de los principales efectos es la reducción de la productividad de los peces, es decir, del alimento de los delfines y otros animales de la zona. Además, en el caso de la construcción de presas, se impiden las migraciones, rompiendo las poblaciones en grupos pequeños con poca variabilidad genética. Por otro lado, se pueden producir varamientos como causa de la disminución del nivel del agua por usarla como agua de riego. El agua de las presas al no tener un movimiento natural tiene menor concentración de oxígeno, su pH disminuye, y cuenta con menos peces. Más recientemente la búsqueda y explotación de reservas de petróleo también afectan.

Contaminación:
Gran cantidad de pesticidas se usan en la agricultura, con metales pesados como por ejemplo el mercurio usado en las minas de oro para separar al oro de la piedra. Estudios llevados a cabo en el río Beni y poblaciones del río Madera en el Brasil, muestran que el nivel de mercurio en estos ríos está por encima del límite permisible, lo que constituye una seria amenaza para esta especie que se encuentra la cúspide de la cadena alimenticia.

Conservación
 
En nuestro país Inia geoffrensis está vedada para la caza (Venezuela 1996a). Dado que la cacería ilegal es una de sus principales amenazas, se requiere de un importante incremento en las actividades de vigilancia y control ambiental. La existencia de operaciones de turismo dirigido hacia esta especie amerita medidas de conservación y manejo por parte de los ministerios del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas (en especial del Instituto Nacional de Parques), Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, y Turismo, en consulta con las partes interesadas, con el fin de garantizar que la actividad sea ejercida de manera sustentable. A los fines de la conservación de su hábitat, se recomienda la inclusión de la especie en los términos de referencia de los estudios de línea base, impacto socio ambiental, investigación, monitoreo de impactos y planes de contingencia relacionados con operaciones petroleras en la cuenca del Orinoco, incluyendo esfuerzos especiales para el establecimiento de centros de rescate y rehabilitación en caso de derrames de hidrocarburos.





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